Queríamos ver la luna, pero nos han inducido a fin de que nos fijemos solo en el dedo. Y es que lo esencial muchas veces no es cuánto, sino de qué forma. Durante años, el discute en torno a las cuotas de mujeres en las empresas se ha centrado sobre todo en aspectos cuantitativos. En la última década se han ido subiendo los límites mínimos de consejeras en las compañías cotizadas —el Anteproyecto de Ley Orgánica de Representación Igualiaria de Mujeres y Hombres en los Órganos de Resolución del Gobierno acaba de situar el umbral en el cuarenta por ciento antes del 1 de julio de 2024—. No obstante, y pese a la progresiva mejora en concepto de igualdad, la verdad es que cualitativamente las mujeres siguen mandando muy poco. Los nombramientos de consejeras acostumbran a reservarse para las categorías de dominicales o independientes. Apenas hay promociones para puestos ejecutivos. Este desequilibrio tiene su reflejo en los sueldos. En la Bolsa de España solo hay 9 mujeres entre los 160 consejeros mejor pagados.
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