En el último capítulo de The Last of Us, disponible desde este sábado de manera excepcional por coincidir con la data de la Super Bowl dos mil veintitres, queda patente que Joel y Ellie son considerablemente más similares de lo que pareció en un principio: su tenacidad, su anhelo de protección, su osadía y su complejidad para expresar sus sentimientos les transforman en un tándem que, hasta la fecha, ha probado ser indestructible.
Y lo es pese a las nuevas variantes de infectados que van apareciendo en la ficción de HBO Max. La última entrega, con considerablemente más acción que las dos precedentes, desvela qué hace latir el suelo de Kansas y muestra una variación de inficionados más fuerte y otra que hace que momentáneamente parezca que el espectador está ante el mismísimo Demogorgon de Stranger Things.
Esto abre el espectro de las consecuencias que tiene el mordisco de un infectado ene sus víctimas, y deja claro que a Joel y Ellie les tocará amoldarse continuamente a las nuevas y peligrosas criaturas que se irán encontrando en su travesía. Aunque…