Los tractores han salido a la carretera, e incluso han tomado el corazón de ciudades como Barcelona o Murcia, durante las dos últimas semanas para protestar por la precariedad en el campo. Los agricultores alzan la voz por los menguantes ingresos que les brinda su actividad y que les impide adaptarse a todas las directrices de Bruselas. Tres agricultores —uno en Jimena (Jaén), otro en Santa Coloma de Farners (Girona) y otro en Castrocontrigo (León)— cuentan sus problemas: la excesiva burocracia que sigue a una ardua jornada laboral, la feroz competencia exterior y las dificultades que añade el cambio climático y, en concreto, la sequía. Y al final, la consecuencia de ello es la falta de relevo generacional: un tercio de los gestores de fincas agrarias de España superan ya los 65 años.
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