Donald Trump coge práctica en las comparecencias ante un juez. Este jueves ha vuelto por tercera ocasión en cuatro meses a los juzgados y, sin recurrir esta vez a un abogado que lo hiciese por él, se ha declarado de viva voz y en pie “no culpable” en la causa más delicada de las 3 que tiene pendientes de momento —intento de alterar los resultados de las elecciones de 2020— y en el sitio más simbólico posible: en el tribunal federal de Washington. En plena vista del Capitolio donde la democracia estadounidense vivió su hora más negra el 6 de enero de 2021: el ataque de una horda de partidarios del expresidente persuadidos, tras meses de bulos proferidos por el jefe de Estado y sus allegados, de que el auténtico ganador de aquellos comicios había sido el republicano.
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