Dos operarios subidos a una grúa han dejado la cabeza de Catalina la Grande al descubierto. Se preparan para trasladar a otro lugar a la emperatriz de la plaza Ekaterininskaya de Odesa. “Pues sí, hasta nunca”, comenta un militar que observa la escena, mientras fuma un cigarrillo. Las autoridades de Odesa han empezado a retirar esta mañana el monumento de la que fue emperatriz de Rusia de 1762 a 1796, que firmó la fundación de la ciudad portuaria del mar Negro.
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