Con el año 2022 a punto de cerrar, el balance en los mercados es más bien sombrío. Tanto la renta variable como la fija no pueden presumir precisamente de un buen ejercicio. Estos 12 meses han venido marcados sobre todo por un giro en los bancos centrales, encabezados por la Reserva Federal de EEUU, quien hace justo un año ya telegrafiaba lo que iba a venir precisamente por la elevada inflación tras la pandemia. Ese giro ha pesado en los activos alterando el panorama. La salida del ciclo de estímulos durante el covid ha infligido dolor.
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