Una escaramuza aérea entre Rusia y EE UU ha elevado exponencialmente este martes la tensión en torno a la guerra de Ucrania. Un caza ruso provocó esta mañana el derribo de un dron espía de la Fuerza Aérea estadounidense sobre el mar Negro al dañar la hélice del aparato, un aeroplano no tripulado MQ-nueve Reaper, según un funcionario estadounidense amparado en el anonimato. El caza ruso, un modelo Su-27 que patrullaba junto a otra aeronave idéntica, impactó en la hélice de un dron de vigilancia militar estadounidense, haciendo que se estrellara en el mar Negro en un accidente que fue condenado por el Pentágono, que lo tachó de “imprudente’. Aeronaves rusas y estadounidenses han sobrevolado el mar Negro en el transcurso de la guerra en Ucrania, pero la de este martes es la primera interacción de este género de la que se tiene nueva, una escalada potencialmente peligrosa en un instante crítico de los combates y sobre la que el Kremlin no se ha pronunciado.
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