(TusMedios) – “¿Cómo de malo puede ser un abogado?”, se pregunta el titular del artículo de portada de Jake Tapper en noviembre para el Atlantic. En el caso de CJ Rice, malo, o “peligrosamente incompetente”, como dice Tapper. Rice fue declarado culpable de intento de asesinato y condenado a entre 30 y 60 años de prisión en relación con un tiroteo del 25 de septiembre de 2011 en el que resultaron heridas cuatro personas. Rice tenía 17 años en ese momento. También era paciente del doctor Theodore Tapper, el padre pediatra de Jake Tapper. Apenas cinco días antes del tiroteo, el Dr. Tapper había examinado a Rice, que a su vez había recibido varios disparos semanas antes mientras montaba en bicicleta. Durante esa visita, Rice hizo un gesto de dolor al mover su cuerpo y salió de la consulta “encorvado y con pasos cortos y entrecortados, como un anciano” Cinco días después, el pistolero en cuestión se alejó “corriendo”, según los testigos.
“Como médico, [el doctor Tapper] cree que la participación de Rice en el crimen por el que fue condenado era físicamente imposible” A lo largo de los años, el pediatra trabajó para intentar que se reexaminara el caso de Rice; en 2020, el propio Tapper comenzó a revisarlo. Profundiza en lo sucedido el 25 de septiembre y explica los apuros económicos en los que se encontraba la abogada privada nombrada por el tribunal para Rice, cómo la forma en la que se le pagaba se tradujo en poco tiempo y atención al caso de Rice, y los errores que se cometieron como resultado: no recuperar los datos inalámbricos de Rice, no asegurar las declaraciones de coartada, no obtener sus registros hospitalarios, y un largo etcétera. En opinión de Tapper, hay montañas de dudas razonables, pero “la ley ofrece pocos recursos a quienes se ven perjudicados por un abogado. El ‘derecho a un abogado’ constitucional se ha convertido en una garantía vacía” Y como escribe Tapper, “la historia de Rice es significativa precisamente porque no es inusual” (Te animamos a leer el artículo completo)