Cuando a Fernando Grande-Marlaska se le ha recriminado que quienes saltaron la valla el día de la desgracia de Melilla no tenían otra forma para solicitar asilo en España, el titular de Interior ha tachado de falsas las demandas y ha defendido la existencia de una serie de mecanismos establecidos en la legislación que, no obstante, en la práctica apenas se aplican. Mas este martes, Basir, un sudanés superviviente de la tragedia de Melilla, ha dado el paso inicial para poner a prueba las declaraciones del ministro. El joven ha acudido a la embajada de España en Marruecos para pedir asilo, acompañado por el equipo jurídico Demos.
La posibilidad para pedir asilo en las embajadas españolas está recogida en la Ley de Asilo de dos mil nueve pero su aplicación depende de un reglamento que jamás ha sido desarrollado. Como no existe un procedimiento establecido para solicitar protección en dependencias consulares, esta vía no es una opción estable ni real para quienes precisan pedir refugio en España, menos aún para los migrantes subsaharianos en Marruecos, que carecen de libertad de circulación por el país.
Tras las declaraciones de Marlaska en el Congreso de los Miembros del Congreso de los Diputados, en las que tachó de “falsas e irresponsables” las afirmaciones de diputados que recordaban la inexistencia de vías legales para entrar en España como solicitantes de asilo, Basir (nombre ficticio) ha registrado en la embajada de España en Rabat un documento en el argumenta su caso y solicita protección internacional en aplicación de la Ley de Asilo de dos mil nueve, exactamente, la normativa citada por el ministro del Interior para proteger su posición.
“El objetivo es que Basir, quien reúne todos los requisitos legales para que España le conceda asilo, tenga acceso al procedimiento de protección internacional y sea trasladado a España de forma inmediata y segura debido al riesgo que correo su vida y al peligro de ser de nuevo torturado”, explica Arsenio G. Cores, letrado del despacho Demos, en un comunicado. Pese a una serie de “reticencias iniciales”, el letrado detalla que el joven sudanés, acompañado por el equipo jurídico, ha conseguido registrar por último la documentación, que ha sido sellada por el personal diplomático.
No es un procedimiento frecuente. El Defensor del Pueblo ha recriminado al Gobierno últimamente “la imposibilidad” de que nacionales de terceros países puedan pedir protección internacional en las representaciones diplomáticas de España en Marruecos, basándonos en lo establecido por la Ley de Asilo. “Mediante las protestas recibidas se comprueba que el primer obstáculo, en la mayor parte de las ocasiones insuperable, lo forma la imposibilidad de acceso físico de estas personas a la embajada”, conforme una resolución emitida por la corporación en el mes de octubre. Ángel Gabilondo se mostró entonces preocupado por “el alto número de personas, presumiblemente con necesidades de protección internacional, que se ven obligadas a poner en riesgo sus vidas para poder formular dicha petición, en vez de hacer uso del procedimiento previsto en el convocado” en la legislación.
Aunque no se ha llegado a crear un procedimiento para solicitar asilo en las embajadas, los embajadores tienen potestad para emitir un salvoconducto que deje el acceso seguro a España de potenciales asilados a fin de que, una vez en suelo de España, puedan formalizar su solicitud. La jurisprudencia del Tribunal Supremo apunta que “el embajador, en el marco de sus funciones, tiene la facultad a fin de que, si según su criterio “la integridad física de esa persona corre riesgo”, se lleve a cabo el traslado al territorio nacional”.
La petición de Basir, por ende, va más allá de un caso puntual y su resolución puede marcar la política migratoria. La contestación del embajador podrá demostrar si solicitar asilo en la embajada de Marruecos es una opción factible para los ciudadanos de origen subsahariano -como defiende el ministerio del Interior y el Partido Socialista Obrero Español-. De verse aceptada, podría abrirse en la práctica una vía para pedir protección desde uno de los países claves en la senda migratoria hacia España, evitando así los riesgos ligados a las entradas irregulares. De ser denegada, desmentirá uno de los razonamientos más repetidos por el Ministerio del Interior para proteger las devoluciones en caliente en las vallas de Ceuta y Melilla: sobre esa supuesta posibilidad de solicitar protección en las embajadas se basa la sentencia con la que la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos acreditó los “rechazos en frontera” practicados por España a dos migrantes que brincaron la valla de Melilla en 2014. Y, a su vez, esta resolución de Estrasburgo es recordada por Marlaska cuando es cuestionado por los llamados “rechazos en frontera”.
“A pesar de cumplir todos y cada uno de los requerimientos establecidos por la legislación, fue devuelto ilegalmente por España. El embajador tiene la obligación de responder. Ahora, la pelota ya está en su tejado”, mantiene el letrado del demandante a elDiario.es.
Basir presenta claras necesidades de protección internacional, sostienen sus abogados. El joven es cristiano y procede del estado de Kordofán del Sur, una de las zonas donde el enfrentamiento de Sudán es más intenso, detalla el equipo jurídico. En 2013, su padre y hermano fueron asesinados a manos de la etnia Kawalib, Basir resultó “malherido y dado por fallecido, mas sobrevivió y fue trasladado a un centro de salud en el que estuvo múltiples semanas”. Su madre le pidió que no volviese a la casa y que se refugiase con un tío en otra región del país, pero tampoco allá estaba seguro. Conforme su testimonio, sus familiares musulmanes “le maltrataron y forzaron a mudar de religión bajo la amenaza de denunciarle ante la policía”. Cuando salió de Sudán, pasó por Egipto, Libia, Argelia y Marruecos.
“En todos esos países ha sido, según su relato, detenido, torturado y sometido a tratos inhumanos. Frente a la situación de inseguridad y la imposibilidad de ejercer sus derechos como asilado no le quedó más opción que tratar de que sea un Estado europeo quien le brinde la protección que necesita”, reclaman sus abogados.
Para solicitar protección internacional en España, hay que llamar “a sus puertas”, afirmó Fernando Grande-Marlaska. Bashir ha llamado a una de ellas, merced al apoyo facilitado por sus abogados. Ahora espera comprobar si, como dice el ministro, esta puerta puede abrirse para acogerle a él y tantos otros potenciales refugiados que malviven en Marruecos.