En Navidad, una serie de productos tradicionales, como el marisco o el pescado, ven incrementado su coste por su alta demanda. A esta subida estacional se suma este año la fuerte inflación que están sufriendo los alimentos (1.,3 por ciento en noviembre, conforme el INE). La tormenta perfecta que supone la combinación de estos dos fenómenos está marcando el comportamiento de los usuarios en las próximas fiestas navideñas, coinciden las consultoras de los mercados. Una mayoría se plantea adquirir categorías más baratas, con un aumento de las marcas blancas o de la distribución. En frente de ese segmento de consumidores, hay otro más reducido que se plantea darse una celebración para festejar la vuelta a la normalidad tras el covid y piensa gastar más en productos premium. Si bien la demanda baje, los costes más elevados significarán, en conjunto, un incremento global del gasto de las familias.
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