Cuando Alba Torrens despuntaba uno de sus ídolos era Juan Carlos Navarro. Cuando la tirotear medró se la equiparó en muchas ocasiones con la Bomba. Y ante Hungría, en las semifinales del Eurobasket, volvió a probar el por qué. Piensa en baloncesto. Siente el baloncesto. Ejecuta el baloncesto. Torrens agitó su muñeca, la puso al servicio de la selección de España, y con sus aciertos impulsó a su equipo cara la final. Anotó sus primeros 4 triples, alcanzó el descanso con 18 puntos y terminó con veintisiete??. Todo para liderar de forma estelar al conjunto de Miguel Méndez, que se está luciendo en su primer gran torneo al frente del banquillo.
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