Entonces, ¿merece la pena Esa es la primera pregunta que propios y extraños, periodistas especializados y ciudadanos de a pie, se harán sobre Spare (en castellano, En la sombra), el libro de memorias del príncipe Enrique de Inglaterra, cada vez que —a partir del martes diez de enero— se encuentren en librerías el rostro, la firma y las quinientos cincuenta y siete páginas sobre el hijo menor del rey Carlos III, nieto de Isabel II, hermano del heredero al trono británico y durante años llamado, como mismo repite sin pudor en múltiples párrafos, “el príncipe díscolo” o “Harry, el Bobo”. Y ese, justo ese, el calculadamente informal, el de consciencia de sí y del entorno único al que se pertenece, el del ansia de charlar y de medir el momento de hacerlo, el de la lucha a codazos por hacerse entender por el mundo entero y de que impere su versión, es el tono del grueso tomo editado por Penguin Random House, y publicado de forma casual poquitos días antes de su esperado lanzamiento global en un puñado de librerías españolas de la capital española —donde este diario pudo hacerse con uno— y de Barna.
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