Gobiernos y empresas “deben sintonizar sus agendas” y situar en la misma longitud de onda sus cambios estructurales porque, desde 2020, la cooperación global se ha deslizado un 2%. Frente a la pasada década, cuando la salud del multilateralismo obtuvo resultados con medidas concertadas globales que contribuyeron a restablecer la arquitectura financiera internacional y recomponer los daños de la crisis de la deuda tras el colapso crediticio de 2008. Este es el diagnóstico 2024 del Barómetro de Cooperación Global que elabora el WEF, la entidad organizadora de las cumbres de Davos, y la consultora McKinsey.
“La historia está repleta de conflictos entre naciones, pero también está cargada de búsquedas de nichos de entendimiento entre partes enfrentadas”, aclara Borge Brende, presidente del WEF que, junto a Bob Sternfels, socio de McKinsey, describe las conclusiones de un informe que mide el grado de conexión del orden mundial a partir de cinco pilares esenciales. En primer término, la promoción del comercio y los flujos de capital; a continuación, la aceleración de la innovación tecnológica; en tercer lugar, el impulso de medidas contra la catástrofe climática y recursos de inversión en renovables y en…