La primavera es una época especialmente crítica para las personas que tienen las pieles sensibles ya que, según apunta la responsable de la Unidad de Dermatitis Atópica del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada y miembro del Colegio Ibero-Latinoamericano de Dermatología (CILAD), la doctora Trinidad Montero, la mayor exposición a las radiaciones solares y a factores irritativos como el polen convierte su primavera en “un viacrucis de rojeces y picor” para las personas con este tipo de pieles.
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