Este año no va a pasar a la historia por ser el mejor para el comercio. La inflación se ha llevado por delante buena parte del poder adquisitivo de los consumidores, los tipos de interés ponen cuesta arriba endeudarse y la competencia de Amazon y sus precios hacen muy difícil rentabilizar la venta online. Sea por el motivo que sea, en 2023 se han multiplicado los procesos de quiebra y suspensión de pagos de cadenas vinculadas al comercio tradicional.
La última en sucumbir es Wilko, un gigante británico que suma 12.000 empleados. La cadena, con cerca de 400 establecimientos, ha entrado en el equivalente al concurso de acreedores y su gestión ha quedado en manos de un administrador, en un último intento por buscar otra oportunidad para salir a flote.
Si cae Wilko será el adiós a una enseña con casi un siglo de historia, que nació como una ferretería y que tiene un fuerte vínculo con sus clientes. En sus tiendas se pueden encontrar muebles, decoración, comida para perros, material escolar o productos de limpieza y cuidado personal. “Desde que…