Se llama metilación del ADN a las modificaciones químicas que intervienen en el envío de señales en las células y en la activación o desactivación de los genes. Desde hace cerca de una década, este proceso se toma como referencia para medir la edad biológica de un individuo, que viene determinada por el estilo de vida y los condicionantes sociales y que no debe ver con la edad cronológica. Un estudio publicado este martes por la revista Journal of Epidemiology and Community Health, asocia vivir de alquiler con un envejecimiento más rápido que hacerlo en una vivienda en propiedad.
El trabajo, cuya autora principal es la doctora Amy Clair, del Centro Australiano de Investigación sobre Residencia, se centra en la población de Reino Unido. Concretamente, usa datos de metilación del ADN de mil cuatrocientos veinte personas del biobanco de Reino Unido y de la Encuesta del Panel de Hogares Británicos. “Descubrimos que vivir en una casa de alquiler privado está relacionado con un envejecimiento biológico más rápido”, señala el estudio, que muestra, además de esto, que este factor marca más diferencia en ese deterioro entre inquilinos y propietarios que la que se da entre los desempleados y quienes tienen trabajo o entre los exfumadores y quien no ha fumado nunca.
“Nuestros descubrimientos demuestran los impactos epigenéticos de la residencia”, señala el estudio, que hace hincapié en que “la mejora de la vivienda debería ser un propósito de las intervenciones de salud” por el hecho de que ese envejecimiento biológico es reversible si mejoran las condiciones de vida.
Además, la investigación encuentra otros factores que agravan esa situación, como la exposición a la polución y el retraso en los pagos del alquiler. “Esto encaja con la literatura conocida, donde sabemos que…