Lo que no se había logrado en cinco años quedó resuelto en menos de 48 horas, por el trámite de urgencia y el procedimiento sumarísimo de lectura única. “Es un gran día para nuestra democracia, saldamos una deuda moral con cuatro millones de conciudadanos”, proclamó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para cerrar el debate. El Congreso, instalado temporalmente en el Senado por obras en el palacio de la Carrera de San Jerónimo, dio este jueves su aprobación definitiva a la tercera reforma de la Constitución de 1978, que retoca su artículo 49 para sustituir el término “disminuidos” por “personas con discapacidad”. Palabras como dignidad o justicia se escucharon en boca de los oradores más variopintos e irreconciliables, de los navarros de UPN a los abertzales de EH Bildu, de Esquerra Republicana al PP. Solo una fuerza política se mantuvo al margen: aquella que protesta airadamente cada vez que la califican de extrema derecha.
Seguir leyendo