Durante muchos años, se ha utilizado una clasificación en el ámbito laboral –sobre todo en países de habla inglesa– para agrupar a los trabajadores: aquellos de “cuello blanco”, en referencia a las camisas de directivos y profesionales cualificados, y los de cuello “azul”, por los habituales monos de trabajo en las fábricas. Es una de las tradiciones que la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) pide romper para enfrentar la necesaria transformación de la formación y cualificación de las personas ante dos procesos clave, el cambio climático y la digitalización, y sus efectos en el trabajo.
La tradicional división ha quedado obsoleta para un mundo en continua y rápida transformación, considera la organización internacional de países “ricos” en su informe, Perspectivas de la OCDE sobre competencias 2023 (PDF), publicado esta semana. Por lo general, a los trabajadores de cuello azul se les ha considerado “no cualificados” o “poco cualificados” y a los directivos y profesionales, “muy cualificados”, contempla el estudio, algo que está ligado al nivel de estudios –generalmente reglados– y no al “tipo…