Yolanda Díaz (Fene, A Coruña, cincuenta y uno años), vicepresidenta segunda del Gobierno de coalición y ministra de Trabajo, se presentó este domingo como futura candidata a la presidencia por parte de Sumar vestida de blanco. Blanco roto —de la diseñadora gallega Purificación García—, símbolo de un proyecto que nace y con el que persigue aceptar el reto de reducir la desigualdad en España, “el primordial reto de este país”, en sus palabras. No la acompañó nadie del equipo de dirección de Podemos a pesar de que fue su ex secretario general, Pablo Iglesias, quien la designó sucesora al frente de la alianza de Unidas Podemos hace dos años. Díaz asegura que la plataforma prosigue “abierta” a todos. La entrevista se festejó en dos momentos: el viernes, en su despacho, lleno de libros, con un tocadiscos en el que cuando descansa suenan vinilos de Toquinho, Miles Davis o un concierto de Mozart; y el último día de la semana, tras el acto festejado en la capital de España, en el que cientos y cientos de ciudadanos hicieron una larguísima cola para entrar —3.000 lo consiguieron y otros 2.000 lo vieron en un patio con pantallas—. Más de doce partidos de izquierdas arroparon a la nueva aspirante.
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