El idilio que vivió la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en la legislatura pasada, no solo con las centrales sindicales, sino también con los empresarios —se firmaron más de 15 acuerdos tripartitos—, se ha resentido en los últimos tiempos. Prueba de ello es que si hay alguien del panorama económico y social cercano a Díaz, ese es el secretario general del sindicato Comisiones Obreras (CC OO), Unai Sordo. Y, sin embargo, la tirantez del líder sindical con el Ejecutivo ha llegado hasta el punto de que Sordo llegó a lanzar en una rueda de prensa el miércoles una amenaza al Gobierno: o volvían al redil del diálogo social y a negociar todas las normas laborales con los agentes sociales o habría que “hablar de movilizaciones”.
Seguir leyendo