Es difícil establecer una conexión entre una persona que acumula millones de visualizaciones en TikTok por grabar tutoriales de maquillaje y otra que tiene un grupo de fieles lectores en la plataforma donde publica relatos de ficción. O entre un repartidor de comida rápida que retransmite en riguroso directo sus peripecias por la urbe y una entrenadora personal que puso a hacer abdominales a miles y miles de españoles durante la pandemia. Sin embargo, todos comparten una profesión: son autores de contenido, un paraguas conceptual que engloba a revolucionarios, hedonistas, millonarios, ácratas, veganos, reaccionarios, madres de familia abundante o viajantes —y así una lista infinita—, y que tiene, al menos, un valor de más de 54.000 millones de euros en el mundo. En 2024, conforme con un informe del banco estadounidense Citi, el ámbito superará los 67.400 millones, por encima del PIB (PIB) anual de países como Croacia o Lituania.
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