Protestas de las plantillas de Inditex en Galicia y en Madrid, de los empleados en tienda de H&M o de Primark. Este dos mil veintitres ha estado marcado por la conflictividad laboral en las tres grandes multinacionales del comercio textil. Unos desencuentros que se han sellado con acuerdos entre empresas y representantes de los trabajadores y que ahora, en la recta final del año, van a vivir una nueva vuelta de tuerca.
Estas empresas y otras multinacionales que integran la patronal ARTE (acrónimo de la Asociación Retail Textil España) van a sentarse sobre una nueva mesa de negociación con los sindicatos para intentar pactar, por vez primera, exactamente las mismas condiciones de trabajo de base para sus tiendas, con independencia del territorio donde se encuentren los establecimientos.
El campo del comercio textil romperá así, si se llega a un acuerdo, con una de sus particularidades. Sus condiciones laborales están definidas, en la mayoría de casos, por convenios provinciales, parte de ellos vencidos.
Pocas compañías –una de ellas es Primark– cuentan con convenio de empresa propio. Por servirnos de un ejemplo, hasta el pasado mes de febrero, Inditex…