“Ellas tenían un corazón para las dos”, suelta al teléfono, con voz débil, desde el otro lado del Atlántico, Gustavo, abuelo paterno de las gemelas de 12 años que procuraron suicidarse este martes en Sallent (Barna). Una de ellas, que según numerosos estudiantes se identificaba como muchacho transgénero, falleció. La otra sigue hospitalizada en estado grave. Vecinos, pupilos y administraciones todavía intentan reconstruir qué llevó a las menores, nacidas en Argentina, a ese resultado. Los Mossos rastrean las pistas del acoso escolar y de la identidad de género sin descartar otros factores. El trágico suceso ha vuelto a poner el foco en un fenómeno al alza en España: la conducta suicida en los adolescentes. Los suicidios consumados en menores de quince años se han tresdoblado en 3 años —de siete en 2019 a 22 en 2021— y otros predictores, como las autolesiones o las ideaciones, asimismo están disparados. Los expertos señalan que la pandemia ha sido el “catalizador de un proceso” que ya se veía venir, auspiciado también por el apogeo de la mala salud mental, el contagio social por medio de las redes y la baja tolerancia a la frustración de los jóvenes.
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